miércoles, 27 de marzo de 2013

Anna Karenina

     
Me resultó muy sugerente la historia que desconocía de Anna Karenina y no he podido resistirme a escribir sobre aquello que me hizo reflexionar.

    Por supuesto deseo todos y cada uno de los tocados que lucía Keira Knightley y no me importaría tener también el vestuario y joyas de ensueño incluidas. Pero, si bien la moda es fascinante en la película me parece que el mensaje es también de lo más inspirador.

Para mí el tema de fondo es la autoestima, o mejor dicho, la falta de autoestima.



En esencia tenemos a una mujer fuerte, muy avanzada con respecto a sus ideas respecto a cómo quiere vivir su vida, al margen de los usos y costumbres de su época. 



La mujer de finales del XIX no se planteaba el divorcio, el divorcio era su ruina. “Son leyes hechas por hombres para beneficiar a los hombres”. La propia Karenina le insiste a su cuñada para que perdone a su hermano por haberle sido infiel porque de todos modos se quieren. El hecho de que le haya puesto los cuernos con la niñera al más puro estilo Jude Law, más que parecer no tener ninguna importancia es que directamente no la tiene. Los hombres casados a finales del XIX, (tal y como se refleja en la película), en cuanto su mujer perdía apetencia sexual o no les resultara sexualmente atractiva, pasaba a ser; un simple cuerpo con capacidad para el parto, una esclava responsable del cuidado de la casa y de los hijos, siempre dispuestas a que sus maridos -con perdón de la expresión- infieles, bebedores y puteros dispusieran sexualmente de ellas como una simple ayuda para su propio desahogo sexual... Y claro, como un día “se quisieron” como ambos “se quieren” a pesar de todo, el deber de una buena y fiel esposa es perdonar y dar a luz otro hijo para que la hombría de ese hombre se vea engrandecida a medida que crece el vientre de su mujer embarazada... A esto lo llamaban amor.



     
En este ambiente está el personaje de Anna Karenina, la antítesis, la mujer felizmente casada con un santo varón que la ama y la hizo madre de un hijo. Ella podía ser libre (porque su marido se lo permitía, evidentemente, ya que estamos en el siglo XIX), pero era libre para hacer lo que quisiera y en esta libertad Anna encontró la pasión y el amor.


Había un filósofo llamado Sternberg que sostenía que las relaciones sanas de pareja debían formarse mediante un triángulo equilátero cuyos vértices fueran: intimidad, decisión/compromiso y pasión. Yo no puedo estar más de acuerdo, la perfecta armonía de estos tres elementos crean una relación perfecta. Y es cierto que el amor no son matemáticas, pero si analizamos esta proporcionalidad perfecta colacionándola a la relación de Karennina y su marido, más que un triángulo equilátero nos queda un “churro” muy bien apañado. Mi opinión es que el santo varón no satisfacía la pasión de Anna, aunque fuera perfecto en lo demás. Anna ni sabía (como muchas en su época) lo que era la pasión,  me parece precioso que una persona viva ese sentimiento al menos una vez en la vida. Admiro su valentía de dejarlo todo, dejar lo fácil y cómodo de un hogar familiar con un marido rutinario en alcoba por una historia de amor que quiere vivir hasta sus últimas consecuencias. 
Así pues, Anna tiene un amante y su amante, haciendo honor al nombre, la ama y ella a él. De este gran amor (y así es como deberían llegar al mundo todos los bebés) nace una hija. Él está absolutamente enamorado de Anna y no cesa en demostrarlo pero la hija es bastarda, no pueden tenerla con ellos. Lo hace todo por ella, todo por hacer feliz a su amante. Pero ella no lo es. Se siente culpable por cómo dejó a su marido, socialmente está arruinada y marginada y eso la desquicicia. Su amante hace todo lo que puede por consolarla pero ella está cada vez más fuera de sí y empieza a beber, a exigir y demandar, disparates de una mujer visceral que no sabe manejar tantas emociones y ama, bebe, grita, se enfada y se vuelve cada vez más celosa y posesiva. Su amante cada vez pierde más libertad voluntariamente, cada vez le cede más de sí mismo para que ella sea feliz, pero ella no le cree. Ella no cree que él la ame como dice, ella cree que él le es infiel, sólo piensa (y lo peor es que también lo dice) que cuando él no está con ella, él frecuenta burdeles y está con otra más joven. Pero resulta que no, que este Don Juan estaba enamorado, no necesitaba más burdeles, ya había ido; ni más mujeres, ya hubo demasiadas. Estaba enamorado, muy enamorado...

Ella enloquece, por no poder ver a sus hijos cuanto quisiera y por sus irrefrenables e infundados celos. Tanto es así que se suicida absolutamente incapaz de asumir que sí, que la aman de verdad su ex marido y su amante. Absolutamente desbordada por todo lo que le pasa, por las críticas, los murmullos, por no poder ser vista en público a penas. Por haberse divorciado y estar con otro hombre en público... Por vivir, por amar libremente, por elegir qué hacer con su vida todos la acercaron a las vías del tren para mí, pero ella, por no quererse (y eso que recibía mucho amor) saltó al tren y se mató.
Moraleja: por mucho que un hombre, o incluso dos, te digan eso de "te quiero, te adoro ¿te compro un loro?" Si tú no te quieres, ni estás bien contigo misma para poder recibir amor de otro, estás perdida.



HOY.

¿Realmente hemos evolucionado tanto las mujeres desde el siglo XIX hasta hoy?

Me entristece y me enfurece observar demasiados paralelismos entre la mujer de hace dos siglos y la de nuestros días. Por doquier veo a mujeres carentes de autoestima y que no sólo carecen de la misma, sino que ni se lo plantean. Ni se plantean qué les pasa ni por qué narices no pueden estar solas bajo ningún concepto. La solución siempre es un novio que refuerce la misma. El que sea. ¿Por qué elegir? Tiene que ser este, el de justo al lado de mi casa, porque imagínate... Es que si no estoy con él ya no puedo estar con nadie más en mi vida y ya ni me caso, ni me puedo ir a vivir con él ni tenemos hijos y lo peor de todo. ¡Imagínate que se lo lleva otra!, todo el esfuerzo que YO he hecho para que él sea lo que es y se lo va a llevar otra por la cara y ya se casarán y serán felices y yo pues con un montón de gatos, vieja y sola. -Por si queda algún resquicio de duda estoy siendo sarcástica.


     No dejo de horrorizarme en mi interior (porque en el exterior ya he dado esta batalla por imposible tratando de abrir los ojos a personas, especialmente mujeres a las que aprecio, para que no se dejen embaucar. Pero nadie aprende nada por boca de otro y por lo que veo ni aunque lo experimenten una o veintiuna veces) Digo esto porque hay que volver siempre con el mismo ex, cuantas más veces mejor, cada vez duele mejor y hay que seguir haciéndose daño por tener pareja, para superarlo y hacerse fuerte a solas no, pero para tener pareja lo que sea. Bueno y ya si en vez del mismo de siempre puedes enlazar uno con otro cuando te dejan como quién hace punto de cruz para no estar ni un momento contigo y darte cuenta de que tienes un problema de dependencia emocional severo, eso ya es fetén. 

¿Por qué opino que NO hemos evolucionado tanto cómo creemos? 

       Como decía, me horroriza ver que a día de hoy hay una grave pandemia extendida; la mujer dependiente. Parece que no hemos evolucionado mucho desde 1877, desde aquellas mujeres cuyo hito de vida era casarse y ser desfloradas burdamente para procrear cuanto antes.

    Sí bueno, ¡qué radical eres, qué exagerada! me diréis. Y es que realmente tal vez hemos progresado en cuanto al sexo y digo tal vez porque ese es otro tema. Pero en lo que respecta a como entendemos y manejamos la libertad femenina, hemos involucionado si cabe. 
    No paro de toparme, hasta la extenuación y el hastío personales, con mujeres que no saben estar solas bajo ningún concepto. Es lo único importante en sus vidas, emparejarse. Y así, por tener una pareja dejan algunas sus estudios, otras sus trabajos (“porque a mi novio no le gusta verme de camarera en una discoteca ¿a qué hombre le gusta que babeen por su novia?”), no van de viaje “porque mi novio no me deja, paso de tener bronca”, no salen de fiesta porque “a ver yo tengo novio ahora, no quiero tener problemas”. Dejan a sus amistades apartadas porque ahora tienen novio y eso aunque vaya a durar sólo dos meses es lo más importante, da igual si se ha muerto tu padre o tu periquito Casimiro, ellas ahora tienen novio y el eje de la Tierra es su noviazgo, la misma Tierra rota sólo desde ese noviazgo.-Por si hay duda estoy siendo cínica.

      Mujeres de “paso de que mi novio me vea vestida así y me eche la bronca por ir en vestido”, novios que rompen vestidos a sus novias para que no se los puedan volver a poner (yo lo he visto).

     Con 17 años tuve una amiga cuyo novio le pegaba palizas, ella estaba en el suelo y él le pateaba el estómago -me contaba. Además este hombre que no ha conocido a su padre le rozaba los nudillos contra la pared de gotelé para que le sangraran las manos, si lloraba, golpe; si gritaba, golpe... Él la apartó de todas sus amistades, -(cuidado, mucho cuidado, con los hombres que hacen eso)-. Nos veíamos por las noches cuando él trabajaba, yo iba a verla a escondidas y llevarle tabaco a su preciosa cárcel de amor “he pensado en dejarle, pero me pide perdón. Ayer me compró flores, él lo intenta... Pero pobrecito, se droga y él me quiere, no lo hace a posta, es el amor de mi vida”. Fueron años. Años de golpes, vejaciones y malos tratos. Es un ejemplo extremo de como llevar hasta las últimas consecuencias esta obligación social, este deber autoimpuesto de tener novio como sea y quién sea. Es un ejemplo extremo de en qué puede derivar no saber estar sola, es una instantánea muy clara de hasta dónde se puede llegar.

      A día de hoy, como pasa en la película, a una mujer divorciada se la estigmatiza ¡aun a día de hoy!. Un hombre divorciado es normal “algo le pasaría con esa, algo le haría”. 
Suele pasar también a las mujeres divorciadas, que padecen los súbitos celos de sus amigas casadas, las cuales las repudian y marginan porque temen que al estar divorciadas vayan a la caza de sus maridos. Cuando en la mayor parte de los casos, una mujer divorciada sólo quiere estar en paz, estar consigo misma y rehacer su vida, no destrozar matrimonios ajenos. Un divorcio no es plato de buen gusto para nadie, aunque sea algo necesario, es un trance muy difícil. Pero este es el neo machismo señoras, este es el machismo y el sexismo de mujeres contra mujeres. El machismo que estamos aprendiendo y adquiriendo y con el que se nos bombardea por todas partes... Aun escucho con pasmo a chicas de mi edad decir eso que debería haber fenecido con nuestras tatarabuelas de “si este le ha puesto los cuernos a fulanita es porque ella no debía de querer tener sexo”. -¿¿¿¿PERDONA????

       Chicas que vuelven con el novio de siempre porque tiene que ser ese, no se puede estar sola, hay que volver con el de siempre “porque yo no sé estar sola”. -Bueno, yo cuando nací no sabía hablar y ahora coordino y hasta subordino.

        Novias que sólo pueden comer lo que les dicen sus novios que es bueno comer para cuidarse y adelgazar (yo lo he visto). Novios que llevan un tupper con lechuga y zanahoria a sus novias para que no engorden, novios que les preguntan “qué has comido, no me falles”. -Hablo de mujeres que podrían ser modelos, no de personas con obesidad cuyas solidarias parejas les ayuden ante la dificultad de perder peso...

       Mujeres que se quedan durmiendo en casa mientras sus novios salen de fiesta (porque ellos sí pueden salir) y en la mayoría de estos casos ellos salen a ligar por ahí porque la novia es algo fijo y cómodo pero aburre.-Qué curioso, tal y como en 1877.

        Mujeres que te miran con cara de tienes-que-ser-un-alien y te dicen ¿y tú de chicos nada de nada? ¿Y aquel chico que un día te saludó que te dijo bla bla bla no te ha llamado? ¿no le has llamado?... ¿y el de la cafetería de aquel día qué tal?, ¿tampoco?, ¿y no te gusta nadie? ¿Pero no tienes ganas de conocer YA a alguien y de tener novio? Pero mira a ver qué haces tía, que tampoco no hay nadie perfecto y ahora las de 18 vienen muy bien enseñadas...Te vendría muy bien estar con alguien para distraerte … ¿Y no volverías con tu ex? Pero, ¿ y si te lo pidiera sobre la Torre Eiffel a la luz de las velas y te dijera que se arrepiente de lo que te hizo? ¿eh ? No volverías? Yo no sé como puedes estar sola tía, al menos para distraerte yo que sé...

-¿Y si me dejáis en paz y os vais a por pasteles de Ikea y te preocupas de ti y de tu vida? ¿eh? ¿no te apetece meterte en tu vida? No sé, alomejor eso te serviría para dejar de cuestionarme y darte cuenta de que la vida no es una lucha constante por tener un novio sea el que sea. Alomejor es que estas tan condenadamente obsesionada con el tema que ni ves nada más...



     En conclusión, entiendo que una persona yerre una vez. Todos tenemos derecho a equivocarnos, pero a partir de la segunda se trata de una opción (de vida). Dejar tus amistades, tu vida y todo para darlo todo por una relación una vez en la vida es comprensible y dispensable. Pero luego, uno puede pensar que cuando eso termina se queda uno sin nada donde guarecerse y sin nadie en quién apoyarse. Y quedarse sin absolutamente nada porque lo apostaste todo por una historia de amor, a falta de un adjetivo más elaborado, es muy duro. Si es lo suficientemente duro, no lo repetirás muchas veces más. Si lo has pasado suficientemente mal por amar demasiado y entregarte demasiado demasiadas veces no volverá a ocurrir y te atreverás a estar sola porque habrás aprendido convenientemente el precio de estar mal acompañada por no estar sola. Pero para eso no hay que sufrir sólo de boca, hay que haberse partido la boca contra el suelo varias veces (en mi caso fueron cuatro) y el corazón... bueno, de corazón tendrás suerte si te queda algo con tanto destrozo...




4 comentarios:

Anónimo dijo...

Comento por primera vez un de tus post porque me ha parecido estremecedoramente cierto,por desgracia. Dentro de nuestra sociedad están los llamados "tópicos sobre el amor" que si es eterno, que si todo lo puede, que si me quiere todo va bien y mil más.¿Lo peor? No sabría decirte exactamente. Está claro que ser querido por alguien es una sensación fantástica, pero lo que deberían enseñarnos desde pequeñas (y digo pequeñas porque otra de las cosas malas que tienen los tópicos sobre el amor es que se nos transmiten a las mujeres, la mayoría de ocasiones, para que los hombres sigan ejerciendo su "poder social") es que si lo que consideramos amor te hace sufrir, por mucho que la otra persona te quiera (cosa desde mi punto de vista totalmente discutible)NO VALE LA PENA. Si nos educaran bajo esta premisa, la cosa sería muy diferente. Tenía muchas cosas que decir al respecto, pero creo que me emocionaré y te haga un comentario tan grande como tu post, así que cerraré diciendo que me alegro muchísimo de que hayas escrito esto, ojalá sirva para que por lo menos una persona que lo lea entienda todo el significado que tiene. Me ha encantado.

Julieta decide vivir dijo...

Querido o querida anónimo,
me encanta recibir comentarios en el blog. Puedes hacer un comentario o diez tan largos como quieras, me gustaría mucho que si te ha llegado este post compartieras tus emociones cuando te apetezca y con total libertad. Si quieres escribirlo, ya sabes donde estoy. me siento muy halagada de que te haya gustado esta entrada, sirva o no para alguien. Un abrazo.

dlopez dijo...

Como chico que soy, no sabía que las mujeres sufríais tanta presión por tener pareja. Esto me ha recordado a la mentalidad que aun arrastra mi abuela del que dirán. Hay que aprender y cuanto antes mejor que lo que digan los demás tiene poca importancia, ya que es nuestra vida y solo nosotros podemos encontrar la mejor manera de vivirla. Leyendo tu entrada me alegro de que lo tengas claro :D.

Me sienta muy mal saber que hay mujeres que sufren por amor y siento que esas personas que hacen daño tendrían que aprender, cuanto antes mejor, que están frente a una persona con los mismos derechos que él. Parece claro pues, que carecen de la misma empatía de sus parejas, que les perdonan una vez tras otra, por lo que opino que esa no debería ser su pareja…

Pero también me parece importante comentar la importancia de integrar una relación en una vida. Antes de empezar una relación con otra persona, vivíamos solos y la mayor parte de las cosas que hacíamos eran o deberían ser las cosas que nos gusta hacer en la vida (hobbies y otras relaciones), por lo que cuando veo amigos que lo dejan todo para estar con otra persona, no puedo más que pensar en el poco futuro de esa relación, debido a que me parece imposible que por muy fantástica que sea esa otra persona le pueda aportar todo lo que le aportaba su anterior manera de vivir y a la otra persona le pasara lo mismo, cosa que solo lleva al final de esa relación o a un empeoramiento de la calidad de vida.

Julieta decide vivir dijo...

Hola Dlopez, gracias por tu comentario suscribo todo lo que has dicho. Especialmente lo del poco futuro de aquellos que lo dejan todo por una relación. Sobra todo lo que diga yo porque lo has dicho todo y muy bien :-)

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